Mindfulness: Autoconocimiento, inteligencia emocional y salud
Mindfulness es atención plena, la práctica de habitar el presente y todas sus sensaciones desde la consciencia de nuestro yo. El vocablo anglosajón que hemos importado para hablar de esta práctica milenaria es mindfulness. Los orígenes de la atención plena datan de hace unos 2.500 años y procede de la tradición budista.
Cuando estamos en el presente hay ausencia de estrés porque también hay ausencia de tiempo y nos fundimos con la inmensidad. En ese estado todo es paz, todo está bien y no sentimos la tentación de controlar o de manipular lo que nos rodea. Sin embargo, a pesar de los beneficios de estar en el presente, nos rodean enemigos que nos impiden permanecer en él conscientemente.
Gana vitalidad habitando el presente con Mindfulness
Uno de los enemigos que tenemos para rendirnos al presente es el ego, ya que siempre está preocupado por el pasado y por el futuro. De hecho, son los tiempos en los que el ego vive. Eckhart Tolle, uno de los autores que más ha profundizado sobre las implicaciones beneficiosas de estar en el presente, afirma que los viajes a tiempos que no están, es decir, al pasado o al futuro, son una negativa para no vivir en sintonía con la inevitable realidad del momento presente.
El ego necesita alimento para sobrevivir y se lo proporciona a sí mismo haciendo que el pasado y el futuro sean más importantes que el presente. Es importante no tolerar más esta situación porque el único momento que tiene validez es el ahora. Cada vez que permitimos que cada instante sea como es, se disuelve el tiempo y también el ego. Es por ello que es fundamental el aprender a hacernos presente aquí y ahora, decidiendo vivir el presente y sentir todos sus elementos.
Nuestra vida depende de lo que estemos haciendo en cada momento y de cómo nos sintamos. El futuro, que tanto nos preocupa, depende de la calidad de los pasos que estemos dando en este momento, de los pensamientos que estemos teniendo, así como de la vibración y del estado de conciencia actual.
El mindfulness, o arte de habitar el momento, proporciona el dinamismo de la vitalidad del momento presente. La vitalidad está asociada a los vínculos profundos de conexión con la vida y a la sensibilidad por lo vivo. Mantener la atención en el presente es un recurso de higiene y salud mental y emocional. Vivir atentos a lo que sucede en el presente, mejora todas las áreas de nuestra vida y las condiciones de las relaciones que mantenemos. El presente está repleto de vitalidad dinámica.
Beneficios del mindfulness
La práctica del mindfulness se basa en la concentración en uno mismo, en los sentidos y en la experiencia. El centro de la práctica del mindfulness es el cuerpo y la aceptación de los pensamientos que van y vienen, aparecen y desaparecen.
Los beneficios de la práctica del mindfulness inciden de forma intensa en el bienestar de las personas. Entre ellos destacan los siguientes:
- El aumento de la conciencia corporal.
- La disminución del estrés y de la fatiga de forma natural
- El fortalecimiento del equilibrio interno.
- El aumento de la alegría de vivir.
- La aceptación de uno mismo.
- La apertura de nuestro corazón y el aumento de la comprensión, la empatía y la compasión.
- El desarrollo de la inteligencia emocional.
- La protección de nuestra salud mental y física.
- El entrenamiento de capacidades cerebrales intuitivas.
- La mejora de la sensación de tranquilidad, de la armonía, de la creatividad y de la claridad de visión de los propios objetivos de vida.
El mindfulness nos prepara y enseña a despertar a los mecanismos mentales internos. Vivir en el presente es ser consciente de lo que pasa en cada momento, sobre todo en el interior de cada uno. No es tener una actividad frenética ni encadenar actividades de forma constante y sin sentido.
La sociedad actual nos conduce por el camino de la actividad incesante, nos estimula con planes y nos invita a tener la agenda repleta de cosas que hacer. Una vida siguiendo estas directrices provoca cansancio, estrés, resentimiento y vacío. Las personas necesitamos tiempo de reposo, de introspección y de reflexión. Es parte de nuestro proceso de maduración emocional y psicológico.
La vida es para vivirla y disfrutarla con tranquilidad, con pasión, con creatividad, con energía y plenitud. Para ello, debes estar en el presente, habitándolo sin obsesión por el tiempo. Esto no es posible si nos obsesionamos por el futuro, si desconfiamos de la vida, si pensamos que no tenemos recursos y nos sentimos incapaces o frustrados para avanzar.
Comenzar a vivir el presente plenamente empieza por frenar los asedios de pensamiento que nos impiden salir del pasado o del futuro. Comienza a prestar atención a tus pensamientos y emociones e identifica si éstos tienen que ver con lo que estás experimentando en tu ahora o proceden de tiempos que no existen.
El mundo actual es incierto, inestable e hipercompetitivo. La mayor parte del día vivimos volcados a la dimensión externa con el consiguiente desgaste de energía. Volver al presente y regresar al ahora es el mejor seguro de protección frente a las reacciones automáticas y a los procesos psicológicos aprendidos que aplicamos cada día.
La práctica del mindfulness nos ayuda a darnos cuenta, a superar y a liberarnos tanto de las limitaciones que nos imponen nuestras formas automáticas de pensar, sentir y relacionarnos como de las que emanan de los estados mentales y emocionales turbulentos que proceden de la tensión exterior.
Un sencillo ejercicio de mindfulness
Realizar paradas estratégicas y programadas a lo largo del día para llevar toda la conciencia y la atención al interior es una gran inversión de vida. Cada día programa tres momentos y deja de lado lo que estés haciendo. Cierra los ojos y lleva tu atención al interior poco a poco respirando el momento tranquilamente, sin forzar nada y sin cambiar nada. Observa el movimiento de los pensamientos que van y vienen sin modificarlos. Siente tus emociones mientras respiras, como parte de la vida. Acepta todo lo que contiene el presente y ábrete.
La práctica de este ejercicio diario te proporcionará más clarividencia para la toma de decisiones, porque te darás cuenta de los detalles y de los aspectos más sutiles de las situaciones; te ayudará a ser más resolutivo, ágil y creativo, ya que cambiará la ruta de los pensamientos repetitivos; y te reconectará con tus sentidos, lo que multiplicará tu capacidad de expresar tu verdadero yo.
Accede a tus potencialidades y entra a través de la práctica de la atención plena a la única dimensión desde la que podrás acceder a un cambio sostenible y real. La puerta hacia tu interior se abre con la llave del presente.
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